Dicen que el conocimiento no ocupa lugar, pero es mentira, sí que ocupa y por tanto hay que ser cuidadoso con que lo que estemos aprendiendo este alineado con la vida que queremos vivir.

Dicen que no es el arte marcial, ni el deporte de contacto, sino el practicante el que define la excelencia y esto, como la frase anterior, es una mentira muy bien defendida con medias verdades.

En todo paradigma educativo, ya sea de la índole que fuere, intervienen dos partes, el emisor y el receptor, por quitarnos parte de dicho problema, supongamos que el receptor es un alumno modelo, una persona capaz y dispuesta a la práctica rigurosa un número suficiente y bastante de horas a la semana. Partiendo de esta base, dependiendo de la vida que una persona quiera llevar, será más útil para dicha persona hacer una u otra actividad.

Hablemos entonces de lo que nos gusta, ¿Qué artes marciales practicar? ¿Cuál será nuestra finalidad?, por centrar aún más el tiro, vamos a enfocarnos en la defensa personal; ni en la salud mental, ni en cultivar el físico, ni en la competición. Tan solo en aumentar ese % de éxito frente a una agresión que no hemos elegido. (el cual está también interrelacionado de diversas formas con los espectros anteriores, sin embargo nos enfocaremos a la práctica “marcial”, relativo a la guerra no a la espiritualidad)

Para seleccionar un entorno donde podamos mejorar dicho %, primero debemos de enfatizar:

¿Qué es defensa personal?

Para un humilde servidor, este término hace referencia al común de las situaciones generadas en la calle donde intervienen uno o más participantes (asimetrías en la cantidad) con armas o utensilios diversos (asimetrías armadas) en espacios irregulares (asimetrías de forma). Así pues, sea cual fuere el arte o deporte de contacto, debe otorgarnos como etapa inicial, como primer escalón, virtudes defensivas para un combate 1 vs 1 totalmente simétrico, lo que comúnmente definiríamos como duelo o sparring libre (sin armas y en un entorno controlado, como dije, simétrico), en este primer escenario creceremos en distancia y timming. Tras el paso por esta etapa inicial, deberemos profundizar en el desarrollo de asimetrías. O solo rozaremos la superficie (hay quien ni siquiera la roza… por eso está debe ser una primera etapa de obligado cumplimiento y de eterno repaso)

Es en este momento, donde la cosa se vuelve mucho más compleja, por poner un ejemplo, supongamos que existen asimetrías armadas. ¿Cuántos de vosotros trabajáis con intensidad real el combate armado? O, por cambiar de tercio, ¿cuántos entrenáis combates multioponente con intensidad real? La respuesta es sencilla, ninguno lo hacemos, pues la realidad de un conflicto reside en la posibilidad más que evidente, de perder la vida. Asumamos entonces, que todo lo que nos queda, para entrenar algo que pueda asemejarse a “defensa personal” y aumentar horas de entrenamiento de forma eficiente (no solo eficaz) es fomentar entrenamientos asimétricos en un entorno pedagógicamente estable y metodológicamente robusto para con las diferentes psicologías o formas de interpretar las emociones propias y ajenas. (he aquí que el trabajo mental, sea también importante)

Y, ¿porque las asimetrías?…

Cuando un agresor inicia un conflicto, lo hace sintiéndose superior, si ese agresor tiene 13 años, no pienses que quiere morir, mejor piensa que porta un arma, quizás en ese entorno que tú no has elegido, hay 10 amigos más o familiares de dicho agresor. Quizás te está esperando en un ascensor… lo que es seguro, querido lector, es que no te va a estar esperando, preparado para intercambiar golpes en un duelo televisado, donde el ego y el reconocimiento social primen en medida alguna… pregúntate, si tú situación económico-emocional, fuera lamentable y te pudiera el mono por alguna droga, físicamente no te tuvieras en pie y buscaras de forma desesperada dinero, ¿qué harías? ¿Retarías  a tu victima a un combate justo o lo pillarías por la espalda? En la respuesta a esa pregunta trasciende la triste realidad: Buscamos sobrevivir.

Por ello trabajar la mano vacía en todas sus formas, no hace falta que seáis especialistas, pero trabajarlo. Puños, codos, patadas, rodillas, agarres, lucha… son herramientas que siempre están con nosotros. Trabajad las armas, para entender sus distancias, armas de impacto, de filo, armas improvisadas, objetos comunes y hacerlo con presión.

Pero por favor, no olvidéis trabajar asimetrías. Pues la vida como las emociones son asimétricas, siendo ese parte de su encanto.

Asumir que porcentualmente moriréis en un numero elevadísimo de esas situaciones asimétricas y que igualmente lo entrenareis, porque no aspiráis a ser superhéroes, tan solo a seguir mejorando. Ganar horas en la adquisición de experiencia ligada al Caos de la realidad. La coordinación es muy importante, pero a partir de un punto, sale más rentable (ojo según nuestros fines) entrenar otros aspectos.

Y entonces ¿cuál es la conclusión? Entrena lo que puedas, de la forma más honesta que te brinden tus posibilidades y sé una buena persona, una persona que no lastima a sus compañeros y que crece con ellos, una persona pacífica pero no inofensiva. El ego y la moda suelen tener formas parecidas de caminar.

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