El Wing Chun fue fundado al término de la Dinastía Ming, sobre su origen existen muchas historias y leyendas que han perdurado en el tiempo.

Según el Gran Maestro Yip Man, el más importante exponente del Wing Chun moderno, este Arte se originó gracias a la monja Shaolin Ng Mui, que fue una sobreviviente de la destrucción del Templo Shaolin junto a otros cuatro monjes, acusados de revolucionarios políticos.

Ng Mui era practicante de Kung Fu y siempre estaba tratando de superarse, era muy observadora y buscaba la real aplicación de las técnicas. Una leyenda cuenta que, Ng Mui observó el enfrentamiento entre una serpiente y una grulla, quedó impresionada con la forma que el ave esquivaba y atacaba a la serpiente, por esta razón decidió adoptar los movimientos de la grulla e incorporarlos a su arsenal técnico. En un pequeño pueblo, conoció a Yim Wing Chun, una joven que trataba de escapar de un matrimonio forzado con un hombre violento, la monja Mui se solidarizó con el problema de la joven y le enseñó el nuevo Arte. Yim Wing Chun enfrentó al hombre y lo derrotó fácilmente. El nuevo Arte era muy práctico, perfecto para alguien pequeño y de poco peso, no requería fuerza bruta y los movimientos eran continuos, precisos y eficaces.

Como era tradicional en el Kung Fu, Yim Wing Chun enseñó el Arte a sus hijos que, en su honor lo denominaron Wing Chun, que se traduce como Hermosa Primavera. El Arte se mantenía en secreto y solamente los miembros de la familia tenían acceso a él, el primer alumno de Yim fue su marido, Leung Bok Tao. Leung era practicante de otros Estilos de Kung Fu, pero reconocía que el Wing Chun era diferente a todo lo que había aprendido, su primer alumno fue Wong Wah Po y el Wing Chun continuó su difusión hasta llegar a Chan Wah Sun, que aceptó como último discípulo a Yip Man. Chan Wah Sun falleció muy joven, por lo que Yip Man no completó sus estudios de Wing Chun. Pero por obra del destino conoció a Leung Bik, que era un respetado Maestro de Wing Chun, Yip Man lo desafió y perdió frente a Leung Bik.

Yip Man estaba acostumbrado a ganar combates, pero Leung Bik lo humilló, sin ningún esfuerzo lo derrotó y le demostró que su Wing Chun era superior. Yip Man abatido, le pidió que le enseñara, Bik lo rechazó. Pero Yip Man era perseverante y continuó insistiendo hasta que Bik accedió a enseñarle lo que había aprendido de su padre Leung Jon. Bik era un hombre pequeño, por lo que no usaba los músculos para derrotar a sus adversarios, su Wing Chun era más suave, pero muy efectivo. Yip Man aprendía rápido, no cuestionaba las enseñanzas de Bik e incorporaba los conocimientos sin dejar de lado las enseñanzas de Wah.

Después de algunos años, Yip Man comenzó a impartir clases en Hong Kong, tenía muchos alumnos debido a su reputación como artista marcial y maestro, tiempo después volvió a China y trabajó como policía y entrenó a oficiales en defensa personal. Después volvió a Hong Kong, abandonó su trabajo como policía y comenzó a dar clases de Wing Chun. Era muy estricto en sus enseñanzas, y tenía reglas que debían ser respetadas sin cuestionamientos, por ejemplo no enseñaba a mujeres (aún sabiendo que dos mujeres eran las creadoras del Wing Chun), tampoco enseñaba a extranjeros, ni a niños. Si por alguna razón expulsaba a un estudiante, jamás cambiaba de opinión.

El Wing Chun es un Arte distinto, de aplicación real donde no hay técnicas preestablecidas para una situación determinada, lo importante es adaptarse al adversario, hacer de su técnica la propia, sin planificar nada. Estos conceptos que envuelven la fluidez y no-técnica nos recuerdan al alumno más conocido de Yip Man, a Bruce Lee. Bruce Lee se inició en las Artes Marciales de la mano de Yip Man, en el Wing Chun, Arte que fue la base de la creación del Jeet Kune Do. Bruce Lee no fue el alumno más avanzado de Yip Man, ni tampoco se destacaba por encima de los demás, pero su genialidad y capacidad de asimilación de técnicas y
conceptos lo convirtieron en el fenómeno marcial del siglo XX. Yip Man fue el único Maestro que tuvo Bruce Lee, por eso siempre lo respetó y admiró por su gran habilidad.

Yip Man, al final de su vida conservaba una velocidad increíble y su técnica era impecable. A pesar de su corta estatura y poco peso, era capaz de generar gran potencia y desplazarse con fluidez, se anticipaba a los movimientos del oponente, Yip Man no hacía Wing Chun, era Wing Chun. Después de su muerte, sus alumnos, que fueron muchos; se encargaron de expandir el Wing Chun y convertirlo en uno de los Estilos de Kung Fu más practicados.